La superficie de algodón orgánico ha sido tratada con técnicas artesanales de cepillado italianas, tradicionalmente reservadas para el cachemir. La técnica de cepillado libera delicadamente las fibras del algodón para crear una superficie excepcionalmente suave, esponjosa y con un ligero efecto afelpado, habitualmente asociada al cachemir. La parte interior no ha sido cepillada y conserva la frescura y suavidad natural del algodón.